27 de octubre de 2014

HOME SWEET HOME

En anteriores posts ya os he explicado nuestra peripecias durante las diversas mudanzas que hemos tenido el honor de compartir en estos últimos años Leo y yo.

Obviando el hecho, real y objetivo, de que las mudanzas son un verdadero dolor de cabeza, también es cierto que las mudanzas conllevan cambio y una especie de empezar de cero que, por un lado emociona e ilusiona, y por otro lado asusta y da cierta sensación de vértigo.

En nuestro caso han sido cuatro mudanzas juntos en los últimos seis años, de las cuales una fue internacional al venirnos desde Barcelona a Italia, otra fue por cambio de ciudad ya en Italia, y la última, aunque nos movimos sólo un par de Km fue de las más complicadas a nivel logístico. 

En todas las mudanzas he tenido la misma sensación. Después del agotamiento acumulado las últimas semanas al haber estado embalando y haciendo cajas sin parar, llega el día en que todas tus cosas están en tu nueva casa, y aunque das gracias por que lo peor ya ha pasado, y aunque te gusta esa nueva casa ( por algo la habéis elegido) queda esa sensación de... pero esta no es todavía mi casa. 
Antes de desempaquetar y empezar a colocar tus cosas y tus trocitos de vida en los nuevos armarios y paredes, tu casa nueva se te antoja extraña, fría y muy poco acogedora, por lo que durante algunos días, almenos en mi caso, siempre echas un poco de menos la antigua casa que es la que todavía consideras tu casa.

Pero por suerte esos momentos pasan rápidamente ya que al tener que deshacer el millón de cajas que previamente habíais hecho te queda poco tiempo para echar de menos nada, y vas acumulando cada vez más ganas de reconocer ese nuevo espacio como tu nuevo hogar. 

No sé a vosotros, pero a mí, nunca han sido los platos puestos en los armarios de la cocina, ni la ropa ordenada en los cajones lo que me ha hecho cambiar el chip y empezar a sentirme agusto en la nueva casa. Lo que de verdad ha siempre conseguido quitarme la sensación de extrañeza han sido los objetos  que han decorado durante todos estos años todas las casas en las que hemos vivido.

De hecho el que nos hayan acompañado durante todos estos años los convierten, a mi modo de ver, en una especie de miembro silencioso de la família. Son ellos, cuadros, posters, espejos o fotos, los que hacen que,al mirar alrededor, vea los últimos años de mi vida reflejada en ellos.

Y ¿ que tiene ésta colgado en las paredes? os estaréis preguntando; pues nada especial ni particularmente raro, pero no me pierdo en palabras y aquí os presento a los guardianes silenciosos de las paredes de nuestro Home sweet Home.

"Los italianos se dan la vuelta"
Fotografia de Mario de Biasi.



Reproducción del primer póster que la
família Balzola creó para publicitar
los auténticos, conocidísimos y
buenísimos Baci di Alassio


Foto a tamaño gigante de nuestras
primeras vacaciones juntos
que preside nuestra habitación
 desde hace varios años.

Manifiesto de Aleardo Villa

Espejo Vintage
(no había manera de hacer una
foto sin salir en ella ;P )

Y vosotros, ¿tenéis algún rincón preferido en vuestra casa?


4 comentarios:

  1. Pero como olvidar esos posters y esa esa foto!! Al igual que vos, yo también he pasado por varias mudanzas, ya sea internacional y nacional y tal cual decís, es difícil encontrarse rápidamente en el nuevo hogar, pero en mi caso, todas han sido por decisión y elección propia y eso lo hace tener un gustito diferente y la ilusión de arrancar una nueva etapa también es algo que opaca lo caótico de la mudanza..Pero de poco, viviendo el momento y acomodando las cosas, hacen que la asimilación sea mas rápida. Te mando un besito!!

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  2. Sachu!!! Qué ilusión leerte por aquí!!! Palabras sabias las tuyas!!! Qué ganitas de ver tu nueva casita y que me cuentes de tus rincones preferidos; aunque haya que esperar un poquito, antes o después vendremos a verte. Prometido!!!
    Beso a tí tb!!

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  3. Anónimo10/28/2014

    estoy totalmente de acuerdo los cambios de casa son agotadores, la llegada a la nueva vivienda fría , sin vivencias, sin esos objetos que pasan a forman parte de la familia como tú dices Moon.
    Pero cuando pongo todos mis pequeños objetos, ya la siento un poco mia :no cres ?

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  4. Exacto, se trata siempre de que haya algo que te haga sentir como en casa. A parte es bonito que hayan cosas que al mirarlas pienses en todos los años que hace que te acompañan haya donde vayas.

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