Después de más de más de una semana en Barcelona, un pelín desconectada, aquí estoy de vuelta con un montón de cositas que contaros y que compartir con vosotras.
Pero como hoy toca deshacer maletas, hacer mil lavadoras ( 999 de Lucas evidentemente), hacer la compra, preparar clases, etc... os dejo con un post sencillito pero la mar de dulce para empezar la semana con alegría y buen humor.
Como iréis comprobando la canela es una de mis especies preferidas...la pondría en casi todo, tanto dulce como salado.
Esta receta es muy sencillita, y da muy buen resultado si teneis que preparar un brunch o una merienda con amigas, a parte de tener algo bueno y casero de desayuno para cada día.
Aquí teneis el proceso y algunas imágenes de la última vez que lo preparé justo antes de salir de viaje.
INGREDIENTES PARA LA MASA
450 gr de harina
Levadura de panadería
225 ml de leche
60 gr de azúcar
60 gr de mantequilla
10 gr de sal
INGREDIENTES PARA EL RELLENO
Canela y azúcar al gusto
PREPARACIÓN
Tamizar la harina y añadirle la levadura (desmenuzada) y la leche. Mezvla ligeramente y añadir la mantequilla fundida pero templada (casi fría), la sal y el azúcar y mezclar y amasar durante al menos 10 minutos para que arranque la fermentación.
Después de la fermentación la masa debe haber duplicado su tamaño.
Para rellenar el pan, estendemos las masa con la ayuda del rodillo, dándole una forma rectangular que rellenaremos con la mezcla de azúcar y canela ( la proporción depende un poco de vuestro gusto, yo por ejemplo hago casi casi mitad mitad ).
Por último hay que enrrollar la masa para meterla en el molde con papel de hornear y meterla en el horno estático a 190 grados durante unos 35 minutos.
Este es el resultado final si cerrais bien la masa al enrrollarla
Y este otro ( un poco más rústico ) si se os abre en el horno a mitad de la cocción.
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