28 de enero de 2015

SENTIDO DEL HUMOR

Hace unos días fui testigo, casual e involuntaria, de una conversación entre dos mamis que estaban con sus nenes en el parque al que suelo llevar a Lucas, y que me hizo reflexionar sobre algunas cosas que a veces damos por hecho y vemos sólo desde un único punto de vista.

Una de ellas le comentaba a la otra la enorme discusión que había tenido la noche anterior con su marido cuando éste se había atrevido a imitarla delante de otra pareja de amigos durante una cena. 
La mujer estaba completamente indignada ya que consideraba que la actitud de su marido delante de la otra pareja había sido altamente ofensiva. Lo primero que pensé fue que a ver qué tipo de situación le había dado por imitar al marido para que la mujer estuviese tan ofendida... os evito los esfuerzos por intentar adivinarlo, y es que apuesto lo que sea a que JAMÁS lo adivinaríais.



La situación, tan increíblemente bochornosa, en la que el marido se había atrevido a parodiar a su mujer fue, ni más ni menos que, la especie de rito y liturgia que ésta tenía a la hora de comerse un yogur, en la que al parecer siempre parecía que el yogur se estuviese acabando porqué a ella le gustaba ir rascando las paredes y no hundir la cuchara directamente.

A ver, al márgen de lo raro o normal de comerse el yogur de esta manera, a mí que no me digan que ese es motivo para pegarse una noche de discusión, prolongar el enfado hasta el día siguiente y estar planteándose llevar a los niños a dormir a casa de los abuelos, si si tal cual, ¡se estaba planteando no volver a casa a dormir esa noche!

Me faltó un pelo para gritarle que en esta vida hay que tener un poco más de sentido del humor y que saber encajar las bromas, que no tienen intención de ofender, demuestra mucha inteligencia y madurez. Evidentemente no lo hice, pero de repente entendí porqué Leo casi siempre destaca, como una de mis mayores virtudes, mi sentido del humor. Y es que tener a alguien al lado que sabe reirse de sí mismo debe hacer la vida algo más llevadera; no sólo como pareja, sino como amigo, pariente o compañero de oficina.

A mí personalmente hay pocas cosas en este mundo que me hagan reir más que  cuando alguien me imita o me recuerda cosas raras, divertidas o no, desafortunadas tal vez, que he dicho en alguna ocasión. 



Cuando alguien te imita, de buen rollo o no, suele llevar implícita la percepción que la persona que realiza la imitación tiene de ese acto en sí; por ejemplo, es obvio que cuando Leo me imita diciendo una de mis excentricidades, o imitando mi acento catalán al decir "no" ( según él cierro y alargo mucho la vocal), o exagerando alguna de mis reacciones al enfadarme, está intentando transmitir un mensaje. Si yo careciese de sentido del humor probablemente mi interpretación sería que me toma por una loca, que tiene tirria a los catalanes y que él considera que tengo una tendencia preocupante al enfado injustificado. Sin embargo el mensaje subliminal que yo veo en esas imitaciones es que le encanta mi punto loco e imprevisible, que aunque el acento catalán no sea su preferido he conseguido hacerme un huequito en su corazón, y que aunque me transforme cuando me enfado, le gusto tal y como soy. Leo te invito oficialmente a que me corrijas si me equivoco ( aunque eso signifique que te vayas a dormir a casa de los abuelos esta noche, hihihihihi ...)  

No lo sé, será cuestión de puntos de vista, de carácter, y de ganas o desgana de querer emplear fuerzas y energía en ver siempre el lado bueno o malo de las cosas...

El caso es que a veces una historia ajena nos puede ayudar a analizar las própias vivencias del día a día desde otro punto de vista y, al márgen de si es un punto de vista correcto o incorrecto, aprender a ponernos un poquito en la piel del otro, a ceder en nuestras posturas y sobretodo dejar que cada uno se coma el yogur como le dé la santa y real gana ;)



Fuentes : Pinterest

4 comentarios:

  1. Sabias palabras, Moon. Soy una defensora feroz de la ironía como arma para luchas contra la ignorancia, la rigidez y la excesiva gravedad de este mundo. Y saberse reír de uno mismo me parece uno de los hábitos más saludables que uno pueda adoptar. Come sano, haz ejercicio, quiere, déjate querer y descojónate ;)

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  2. Anónimo1/28/2015

    Muy bonito....Moon!

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  3. Anónimo1/29/2015

    Pues para ser sincera dire ,que hay momentos en los que una imitación me puede hacer enfadar, y otras como bien dices Luna :me río de mí misma .
    siempre depende con la intencionalidad que la hagamos.
    No siempre, llevan buenas
    intenciones. Jajajaaa.

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  4. Anónimo1/29/2015

    Pues para ser sincera dire ,que hay momentos en los que una imitación me puede hacer enfadar, y otras como bien dices Luna :me río de mí misma .
    siempre depende con la intencionalidad que la hagamos.
    No siempre, llevan buenas
    intenciones. Jajajaaa.

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