Esto es exactamente lo que se debió proponer el creador de los charity watches (relojes de la caridad); ayudar con la venta de cada reloj a tantas personas o causas como fuese posible.
Estos relojes fueron creados por el director creativo Fam Mirza que, habiendo experimentado la dureza del tercer mundo y el comfort del primero, quiso crear algo que hiciese de puente entre ambos mundos y contribuir de esta manera a hacer del mundo un lugar un poquito mejor.
Los relojes de 1: Face se caracterizan por tener distintos colores en base a la causa a la que apoyan.
Por ejemplo, el reloj de color blanco representa One day's wages (un dia de salario), y por la compra de una unidad ($40 unidad) se contribuye a proveer de comida a 16 niños en África.
El reloj que representa la causa del agua tiene el objetivo de abastecer de agua corriente a los 800 millones de personas que actualmente no tienen ese privilegio en países en via de desarrollo; la compra de cuatro unidades ($40 la unidad) equivale a donar agua potable de por vida a una persona.
El reloj de color rosa apoya la investigación contra el Cáncer de Mama, por lo que la compra de 9 unidades de este color ($40 unidad) equivale a una mamografía para detectar dicha enfermedad en un estado inicial.
Y así con tantas otras causas como el Sida, la cruz roja, el medio ambiente y la educación.
Hasta aquí el proyecto parece casi redondo y una se lanzaría a comprar varios de estos relojes para los próximos cumpleaños si no fuese porque buscando algo más de información por internet (cuando algo suena demasiado bien hay que asegurarse de que no tenga truco) he encontrado varios comentarios (en la página de facebook de la marca sin ir más lejos encontraréis varios de ellos) comentando su disgusto por el trato recibido por parte de la empresa, ya que al parecer los relojes llegar, llegan, pero con un retraso de entre 2 y 3 meses. Por otro lado no van acompañados de ningún manual de instrucciones sobre como cambiar la hora, y por lo que he leído el servicio de atención al cliente es, más que malo, inexistente, ya que la gente difícilmente obtiene respuesta.
Me parecía justo dar espacio no sólo a la parte buena del proyecto, sino también a la mala gestión que sus creadores, al parecer, están haciendo de lo que podría ser una buena e innovadora forma de animar a la gente a contribuir de alguna manera a mejorar, en la medida de lo posible, el mundo donde vivimos.
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