Por suerte después de un par de días de pánico el agobio se pasa, y gracias a haber superado mi peor etapa consumista, relativizo el problema haciendo una lista objetiva de lo que de verdad necesito (bueno, lo reconozco, este "necesitar" incluye un par de cosas que en realidad no necesito pero quiero ;)
El caso es que este año me temo lo peor.
Aún no he hecho el cambio de armario por dos motivos: tiempo loco, climatológicamente hablando, y poco tiempo; sin embargo, teniendo en cuenta que el año pasado en verano estaba embarazadísima y que, también el año pasado, nos mudamos ( para las que no lo hayáis leído, os remito al post en el que hablaba de lo que ocurre en nuestras mudanzas) la cosa no pinta muy bien.
Al estar embarazada, no poder ponerme muchas cosas, estar con las hormonas revolucionadas y desesperada por reducir el número de cajas que transportar de una casa a la otra, tiré, regalé y doné muchas cosas de las que ahora me arrepiento. Y es que tiré mucho y no compré nada más que un par de camisetas no pre-mamá que pensé que podría seguir utilizando cuando ya no tuviese barriga.
Así que temiendo el momento de abrir las cajas y constatar mis sospechas, me he puesto manos a la obra y he empezado a pensar y a buscar por las tiendas online ( ya sé que tiempo para ir de compras físicamente voy a tener poco) cositas que puedan darme mucho juego los próximos meses.
Una de las primeras cosas que he buscado han sido zapatos.
La premisa era que tenían que ser bonitos, cómodos, adaptables a distintos estilos, exigencias y momentos del día, de buena calidad y su precio tenía que ser razonable. Seguro que estais pensando que esos zapatos no existen. ¡Error! Existen y ya son míos ;)
Se trata de los zuecos de la marca Swedish Hasbeens que veis en la siguiente foto.
El tema ropa es un poco más complicado. Después del embarazo el cuerpo cambia. Esto no es un secreto, pero el cambio depende mucho del cuerpo y de la persona; en algunos casos se agranda, cambian las formas, las curvas aumentan o disminuyen, y a estos cambios físicos se suman los cambios personales y emocionales.
En mi caso no puedo quejarme, y aunque sé que el momento bikini será una prueba a superar (cambio emocional) en general me siento bien con todos los cambios que se han producido (tema caída del pelo a parte). Digamos que me los esperaba casi todos, pero mi dificultad actual en comprar ropa nueva se encuentra en el hecho que no me he estabilizado del todo. Por ahora navego entre dos aguas, o mejor dicho, entre dos tallas de pantalón, sigo dando el pecho, por lo que hasta que no deje de hacerlo no confío yo en que se quede en su estado actual, afectando esto al tema camisetas, sujetadores, vestidos, etc.
Pero como mirar es gratis y de ilusión también se vive, aquí teneis algunos trapitos a los que ya les he echado el ojo. A ver que os parecen:
Falda y camiseta de Sheinside
Vestido largo de Oysho
Bolso, camiseta y vestidos de Kling
Shorts de Asos
¿Y vosotras ya tenéis todo listo para las altas temperaturas?
Gracias por revolucionar mi fondo d armario tomo nota, sobre todo d los zapatos.
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